¿Cómo elegir psicólogo/a?
Puede que alguna vez te hayas planteado ir al psicólogo. Quizás, ya has tomado la decisión de empezar un proceso terapéutico, sin embargo, ahora te encuentras con un nuevo problema: ¿cómo elegir al psicólogo/a adecuado? ¿Será bueno? ¿Me podré fiar?
Es normal que tengas dudas sobre cuál debería ser tu futuro terapeuta, por eso mismo, a continuación, voy a explicar algunos de los criterios que convendría que conocieras para poder elegir psicólogo o psicóloga.
¿Psicólogo o Coach?
El primero de todos, por absurdo que parezca, es que efectivamente sea un psicólogo/a. Existen muchas personas ofreciendo servicios de salud sin tener la formación necesaria. A veces, los clientes dan por hecho que dispondrán de alguna titulación y no lo preguntan. Por ejemplo, algunas personas deciden empezar un proceso de “coaching” pensando que los coaches son psicólogos. Puede que algunos coaches sean también psicólogos, pero, lo cierto, es que uno/a puede ser coach con un curso de 32 horas, sin necesitar ninguna formación universitaria
- Coach: 6 créditos ECTS = 32 horas de formación (1 semana)
- Psicólogo: 240 créditos ECTS = 6000 horas de formación (4 años)
Lo mismo ocurre con el título de “terapeuta”. Hay personas que obtienen el título de terapeuta sin ser estrictamente psicólogos. El resultado, es que nos encontramos con ingenieros que son terapeutas y carniceros que son coaches.
Por lo tanto, el primer paso es asegurarte de que la persona a la que acudes sea efectivamente un psicólogo/a. Ahora bien, dentro de la psicología, no todos los psicólogos están formados para trabajar con la salud de las personas (problemas de ansiedad, autoimagen negativa, ataques de pánico, síntomas depresivos, dificultades para dormir, comer por ansiedad, etc.). Los psicólogos que se dedican a la salud son los psicólogos clínicos y sanitarios, cuya diferencia principal es que los clínicos trabajan en el sistema público y los sanitarios trabajan en los servicios privados. Para obtener la habilitación sanitaria en España existen diferentes procesos; actualmente, el más habitual es mediante el Máster en Psicología General Sanitaria.
En resumen, asegúrate de que acudes a un/a psicólogo/a que tenga habilitación sanitaria.
Además, hay algunos detalles adicionales que deberías tener en cuenta: por un lado, el psicólogo/a debería estar colegiado. Estar colegiado es una obligación para poder ejercer. Una persona que realiza su trabajo sin estar colegiado no está respetando las normas de su profesión. Piensa que si tu psicólogo/a no cumple con un criterio tan básico como este… ¿Quién te garantiza que vaya a respetar el resto de normas? ¿Respetará la confidencialidad? ¿Buscará información válida y fiable a la hora de trabajar?
Por otro lado, es recomendable que disponga de algún tipo de especialidad. En este sentido, la psicología y la medicina son diferentes: en medicina, existen médicos especializados para diferentes funciones (cardiólogo, dermatólogo, ginecólogo, etc.) y para ello realizan una formación específica. Es habitual que las personas comparen a los psicólogos con los médicos, sin embargo, en psicología, no existe una formación regulada para diferentes trastornos (especialidad en trastornos alimenticios, especialidad en depresión…) aunque algunos psicólogos se presenten así. En su lugar, existen diferentes corrientes psicológicas desde las que se trabaja, es decir, diferentes maneras de trabajar. Entre estas corrientes, cabe destacar cuatro corrientes principales: la psicoanalítica o profunda, la cognitivo-conductual, la humanista, y la sistémica. Existen profesionales brillantes en todas estas corrientes, por lo que eso no es ningún impedimento para escoger a tu psicólogo/a. Cabe destacar que estas especialidades requieren una formación entre 1 y 4 años, y que la mayoría exige un proceso de conocimiento personal. Si quieres saber las diferencias entre estas corrientes, las explicaré en el siguiente post.
Deja una respuesta