¿Por qué los psicólogos de la Seguridad Social no ayudan?

¿Por qué los psicólogos de la Seguridad Social no ayudan?

¿Alguna vez has ido al psicólogo de la sanidad pública? ¿conoces a alguien que haya ido?

Muchas personas no pueden permitirse acudir a un psicólogo privado y acuden a uno público. Es muy habitual escuchar a esas personas quejarse de que “los psicólogos de la seguridad social no te ayudan”, puede que tú mismo/a hayas pasado por una experiencia así.

A continuación, me gustaría ayudarte a entender algunos motivos por lo que tantas personas se quejan de estos psicólogos.

Lo primero que me gustaría dejar claro es que los psicólogos de la seguridad social son profesionales altamente formados, sin embargo, existen algunas condiciones en su trabajo que no les permiten trabajar de la misma manera que lo haríamos en la consulta privada, de un psicólogo tradicional en Bilbao. 

La primera dificultad es la sobrecarga de trabajo. Hace unos años, en España, por cada 100.000 habitantes tan solo disponíamos de 4,4 psicólogos. Esta cifra ha aumentado a 5.7 en los últimos años, de todos modos, además de ser un aumento prácticamente insignificante, estamos muy lejos de países como Finlandia, en los que cuentan con 10 veces más psicólogos públicos.

Aunque el número de psicólogos sea reducido, la demanda de atención psicológica es muy alta. Se estima que el 40% de las personas sufren ansiedad o la han sufrido a lo largo de su vida (y esta es solo una de las enfermedades mentales).

El resultado es que los psicólogos de seguridad social trabajan bajo mucho estrés. Estos profesionales tienen que atender a muchísimas personas debido a la falta de personal sanitario. Esto cada vez es más grave debido a la situación generada por el COVID-19.

¿Cuánto hay que esperar para ver un psicólogo de la seguridad social?

Tal y como hemos visto, estos profesionales deben atender a muchísimas personas. No es de extrañar que en algunas comunidades haya que esperar 200 días para tener cita (esto cambia dependiendo de cada comunidad).

El resultado de esta espera es que algunas personas empeoran hasta que llega su primera cita. Otras, se convencen a sí mismas de que no están tan mal, o de que el tiempo lo cura todo, como un intento de consolación al no poder recibir un servicio de calidad.

¿Hay mucha diferencia entre un psicólogo público y uno privado?

Sí. Lo primero que cambia es la espera hasta la primera sesión, ya que los psicólogos privados no tardamos tanto en asignar una cita.

En segundo lugar, lo más habitual en la consulta privadas es realizar sesiones semanales de aproximadamente 1 hora. Originalmente, se realizaban más sesiones por semana, pero esto ha ido cambiando a causa de diferentes razones, como, por ejemplo, debido a la dificultad económica de realizar más de una sesión cada semana.

En comparación a las sesiones semanales, en la sanidad pública es habitual esperar más entre sesiones, en algunos casos las citas son cada 3 semanas, o incluso más. Además, las propias sesiones pueden ser más cortas, de 20 minutos por persona en muchos centros.

¿Cuántas personas atiende un psicólogo privado?

A diferencia de los psicólogos públicos, los cuales están sobrecargados de trabajo, los psicólogos privados no solemos atender a más de 15-20 personas semanales. Esta cifra puede variar dependiendo del profesional, sin embargo, las guías para los profesionales recomiendan no exceder este número.

Esta limitación de pacientes se debe a diferentes razones. La primera, es que atender a muchas personas puede generar malestar en el propio psicólogo, ya que trabajamos con un alto contenido emocional que puede influir en nuestro rendimiento.

Por otro lado, trabajar con muchas personas también puede provocar interferencias entre diferentes historias de los pacientes. Una persona que atiende a muchas personas, difícilmente podrá recordar con claridad la historia de cada usuario.

A su vez, debemos tener en cuenta que atender a más personas implica no poder dedicar el tiempo suficiente tras las sesiones a cada caso. El trabajo de los psicólogos no termina con la sesión, ya que después realizamos un trabajo de reflexión y planificación para las siguientes sesiones. Cuantas más personas atienda un profesional, menos tiempo dispondrá para realizar este trabajo que es sumamente importante.

En resumen…

La diferencia principal entre los psicólogos privados y los públicos es el tiempo que dedicamos a cada persona. Los psicólogos de la seguridad social deben atender a muchísimas personas, con muy poco tiempo, y con sesiones muy distanciadas unas de otras. Por el contrario, en la consulta privada, atendemos más rápidamente, con una mayor frecuencia de contacto, y con sesiones más largas.

Esta falta de tiempo hace que las intervenciones de los psicólogos públicos sean más breves y concisas. Hay personas que pueden responder muy bien al tratamiento ofrecido por la seguridad social, de todos modos, es habitual que los usuarios se quejen por la falta de contacto.

Para finalizar, al salir de la sanidad pública, algunas personas tienen instrucciones de tomar psicofármacos, es decir, pastillas, y prefieren evitarlas. Cabe señalar que si te han recetado pastillas, no te ha atendido un psicólogo, sino un psiquiatra, ¡hablaremos de sus diferencias en el siguiente post!

 

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